sábado, 10 de noviembre de 2007

BEN BARKA y LAS LUCHAS de LIBERACION NACIONAL


Internacionalismo y luchas de liberación
Ben Barka y la Tricontinental
Escribe: Rene Gallissot
En el momento en que se produjo su secuestro en París, el 29 de octubre de 1965, Mehdi Ben Barka preparaba la Conferencia Tricontinental que se celebraría en La Habana en enero de 1966. En ocasión del 40° aniversario de su asesinato, es preciso recordar esta dimensión menos conocida del dirigente socialista marroquí, que lo revela como impulsor de los movimientos revolucionarios del Tercer Mundo.El año 1956 fue vertiginoso: conmociones en el bloque comunista, expedición franco-británica a Suez. El 26 de julio, en Egipto, el presidente Gamal Abdel Nasser nacionalizó el canal de Suez. Se esperaba el desmoronamiento de Egipto; pero en cambio se produjo un avance de las luchas por la independencia. La conferencia de Bandung (abril de 1955) (1) había anunciado el auge de los movimientos de emancipación nacional de Asia y África, antes de que la llama se propagara por América Latina, se extendiera luego a las colonias portuguesas de África y finalmente a Sudáfrica.¿Quién recuerda hoy el 14 de julio de 1958, cuando en Bagdad se proclamó la República; secular y sin velos religiosos; que renovaba la declaración de 1789, agrupaba a las minorías, prometía el pluralismo y la libertad de expresión? No por eso terminaba la guerra francesa en Argelia, pero la resistencia argelina luchó hasta el final. Para África, el centro de gravedad se situaba en Congo, que salía de la dominación de Bélgica. La Tricontinental existió primero en los hechos.Con el fin de lograr la convergencia de los movimientos de liberación del Tercer Mundo, Mehdi Ben Barka (2), en el momento de su asesinato en octubre de 1965, preparaba la Conferencia Tricontinental que tendría lugar en La Habana del 3 al 13 de enero de 1966. La Organización de Solidaridad de los Pueblos de África y Asia (OSPAAAL) había celebrado su primera conferencia en Accra, Ghana, en 1957. Alrededor de 500 delegados provenientes de 35 países representaban a los movimientos de liberación y a los partidos más que a los Estados; una suerte de movimiento internacional. Ismael Touré, hermano del presidente de Guinea (Conakry) Sékou Touré, presidía el consejo que administraba los fondos solidarios, asistido por tres vicepresidentes, entre ellos Mehdi Ben Barka.La cuestión planteada en las reuniones de la OSPAAAL era si el movimiento afroasiático debía extenderse a Cuba, el Caribe y América del Sur. En marzo de 1961, en El Cairo, la nueva comisión, denominada Comisión sobre elNeocolonialismo, presidida por Mehdi Ben Barka, volvió a plantear esta cuestión.La institucionalización de los regímenes surgidos-.de las luchas de independencia planteaba además nuevos problemas y llevaba a establecer una diferencia entre lo que dependía de una estrategia de los poderes estatales y lo que dependía de una organización internacional de movimientos de liberación. En 1961, frente a los gobiernos "moderados", el Grupo de Casablanca reunió a los llamados Estados progresistas: Egipto, Ghana (que promovía la unidad africana bajo el impulso de Kwame Nkrumah), Guinea y Malí, Libia (como lugar de encuentro o refugio) y Marruecos en beneficio del gobierno de izquierda de Abda-llah Ibrahim, que acababa sin embargo de ser destituido.Acabar con el subdesarrolloEste grupo se disolvió al fundarse en 1963 la Organización para la Unidad Africana (OUA) que firmó, en el Congreso de Addis Abeba, una Carta que concebía la unión de los Estados. Su misión imperativa era preservar "la integridad territorial": un Estado, un pueblo, un territorio. Hablar en nombre del Estado era hablar en nombre del pueblo y apropiárselo. El populismo de Estado era pues el fundamento ideológico de la organización. La acción de la OSPAAAL apuntaba, en cambio, a brindar a las independencias un proyecto nacional de desarrollo y romper el encierro nacionalista por medio de la solidaridad.Debido a que pesaban sobre él dos condenas a muerte en Marruecos, Ben Barka se había exiliado en El Cairo y Ginebra. Durante unos seis meses que pasó en Argel en 1964, se dedicó a brindar una perspectiva internacionalista al conjunto de las luchas de liberación nacional. Su inspiración no sólo se hizo eco de los estallidos de furia de Franz Fanón (3); provenía de más lejos, del Discurso sobre el colonialismo de Aimé Césaire, de la obra de Albert Memmi Retrato del colonizado (1957). También se alimentó de los intercambios con el pensamiento contestatario de la potencia imperial británica en África (Jome Kenyatta, Kwame Nkrumah, Julius Nyerere).La capital argelina se había convertido en el refugio intelectual del cuestiona-miento revolucionario internacional. Allí se encontraban los dirigentes de los movimientos de liberación y sobre todo, después de los disturbios en Angola (1960), Guinea-Bissau (1962) y Mozambique (1963), los exiliados de las colonias portuguesas. Mestizos y minoritarios, los intelectuales caboverdianos, especialmente Amilcar Cabral (4), se hacían eco de las corrientes liberadoras provenientes del continente americano. Una de las figuras más influyentes del movimiento negro en Estados Unidos, Malcom X, se encontraba en Argelia en 1964; Ernesto Che Guevara, antes de tomar contacto con los guerrilleros de Congo, también pasó por allí en la primavera de 1965. Acabar con el subdesarrollo no era sólo un proyecto nacional, sino una acción concertada contra la dependencia del sistema capitalista, cuyos polos dominantes eran diversos y estaban ligados a la hegemonía económica y política de Estados Unidos. "África es la América Latina de Europa", repetía Ben Barka. Trabajar en la unión del Magreb y África adquiría una dimensión antiimperialista. Se salía del nacional-desarrollismo que encerraría a la izquierda en el marco de los nuevos Estados y la pondría a su servicio tanto por medio del nacionalismo como del elitismo tecnocrático. El Movimiento Tricontinental no pertenecía a la esfera de influencia soviética, lo que generaba fricciones con los partidos comunistas, así como tampoco respondía al maoísmo. Mehdi Ben Barka pretendía desarrollar una dinámica autónoma; su desafío era encontrar la cooperación y el punto de equilibrio entre China y la URSS. Revolución social y nacionalEn Argelia, Mehdi Ben Barka decidió lanzar la publicación de un órgano de información, agitación y reflexión de la Comisión Anticolonialista de la OSPAAAL, bajo el título La Revue africaine. La visión se extendía a la Revolución Cubana y a América del Sur. En Cuba, se entusiasmó con el éxito de la campaña de alfabetización, que soñaba aplicar en Marruecos. Se dedicó a crear un Centro de estudios y documentación sobre los movimientos de liberación nacional y, apostando al potencial revolucionario de la juventud del Tercer Mundo, esbozó el proyecto de una Universidad Tricontinental.Paralelamente, en Argel, Henri Curiel activaba su red Solidaridad. En esa época tenía dos preocupaciones: ayudar a los desertores estadounidenses que se negaban a ir a Vietnam y abrir centros de formación para militantes del African National Congress (ANC), prohibido desde 1960, que luchaban contra el régimen del apartheid en Sudáfrica. Curiel firmó así tal vez su sentencia de muerte: sería asesinado en 1978 (5).Desde Cuba, tras el fracaso de la expedición a Bahía de los Cochinos, decidida por el presidente John F. Kennedy para derrocarlo, Fidel Castro desafío a Estados Unidos y declaró, en un discurso en La Habana, el 16-4-61: "Las ideas socialistas son las ideas revolucionarias de esta época histórica". Washington decretó entonces el bloqueo a Cuba, que aún no ha sido levantado. La Habana se acercó entonces a Moscú y la crisis de 1962, producto de la instalación de misiles soviéticos en la isla, condujo a ambos bloques al borde de un enfrentamiento militar. En febrero de 1962 se excluyó a Cuba de la Organización de Estados Americanos (OEA). Fidel Castro respondió instando "a los pueblos a ponerse en movimiento". Este era el objetivo de la Tricontinental. El 3-10-65, en una conferencia de prensa preparatoria para el Congreso de La Habana, Mehdi Ben Barka declaró que "las dos corrientes de la revolución mundial estarán allí representadas: la corriente surgida con la Revolución de Octubre y la de la Revolución Nacional Liberadora".Es en este impulso revolucionario de la Tricontinental donde se encuentra la causa profunda del secuestro y asesinato de Ben Barka. En la ejecución del crimen, la participación marroquí desde la cumbre del Estado fue desde luego crucial. En Marruecos, el 22 y 23 de marzo de 1965, los estudiantes protestaron contra los cupos escolares en las calles y a poco se sumaron sus padres. En Casablanca, el general Ouf-kir, ministro del Interior, reprimió una manifestación masiva. Se decretó el estado de sitio. El rey Hassan II dio a entender entonces a Mehdi Ben Barka que era posible una apertura hacia un gobierno de unión nacional. Ben Barka dio su respuesta política en la presentación que redactó para su informe al II Congreso de la Unión Nacional de Fuerzas Populares de 1962, que llevaría como título Option révolutionnaire au Mame (6), donde figuraban las condiciones de una transición democrática que no se cumplieron. En junio, la falsa ventana se cerró. Las relaciones entre el Palacio, los servicios especiales y la diplomacia de Estados Unidos se tornaron más estrechas. Una lucha de clases mundialBen Barka se dedicó esencialmente a preparar la Conferencia Tricontinental. El IV Congreso de la OSPAAAL, reunido en Accra (Ghana) del 6 al 19 de mayo de 1965, decidió finalmente integrar a América Latina y considerar la Conferencia fundacional en La Habana en enero de 1966. Mehdi Ben Barka presidió el Comité Preparatorio. En julio confirmó la participación de los soviéticos y los chinos. Definió los objetivos: ayuda a los movimientos de liberación nacional -especialmente el movimiento palestino-; intensificación de las luchas, incluso armadas, en los tres continentes; apoyo a Cuba; eliminación de las bases militares extranjeras; oposición a las armas nucleares, al apartheid y a la segregación racial. La finalidad era la "liberación total". A fines de septiembre, Mehdi Ben Barka se dirigió a La Habana para poner a punto la apertura de la conferencia, que tendría lugar el 3 de enero de 1966.Eliminar a Ben Barka se había convertido en un imperativo mayor de la represión internacional contra las insurrecciones del Tercer Mundo. El 19 de junio de 1965, en Argel, el golpe de Estado del coronel Houari Boumediene privó a Ben Barka y al proyecto de la Tricontinental del apoyo del destituido Ben Bella. El 30 de septiembre el presidente Sukarno había perdido, de hecho, su poder en Indonesia, que era una de las primeras bases del movimiento.Para comprender la finalidad del crimen, basta observar la serie de asesinatos políticos y golpes de Estado que, en esa misma época, apuntaban a restablecer el orden reaccionario. Sólo en ese año 1965: el Primer Ministro de Irán, Ali Mansour, fue asesinado el 21 de enero; Malcom X, el 21 de febrero; uno de los jefes de la oposición portuguesa, Manuel Delgado, el 24 de abril; el viceministro de Defensa de Guatemala, Ernesto Molina, el 21 de mayo, etc. Ernesto Che Guevara sería asesinado en 1967, Martin Luther King en abril de 1968; Amilcar Cabral en enero de 1973... En esa época, entre el fin de la guerra de Argelia (1962) y el de la guerra de Vietnam (1975), se libró una suerte de "lucha de clases mundial", mediante el recurso a la fuerza armada y los comandos clandestinos, la imposición de dictadores o de guerras de intervención. La búsqueda de una verdadera emancipación impulsaba entonces el avance de los movimientos de liberación, cuyo potencial progresista intentaba captar el movimiento tricontinental. Es esta perspectiva de liberación mundial la que se quiso eliminar asesinando a Ben Barka. NOTAS1 Jean Lacouture, "Bandung o la era de la descolonización", Le Monde diplomatique, edición Cono Sur, abril de 2005. 2 Mehdi Ben Barka (1920-1965) fue uno de los dirigentes del movimiento anticolonial que impulsó la independencia de Marruecos en 1956. Fundó, en 1959, la Unión Nacional de Fuerzas Populares. Acusado de complot, debió exiliarse. En 1964 las autoridades marroquíes lo condenaron a muerte en rebeldía. Secuestrado en París el 29-10-65, su cuerpo nunca fue hallado. El "caso Ben Barka" provocó una grave crisis en las relaciones franco-marroquíes. Aún no se conoce toda la verdad. Véanse: Abdellatif Jebro, Mehdi Ben Barka. éditions Al Maghribia, Casablanca, Vol. 1986-1995; Zakya Daoud y Maáti Monjib, Ben Barka, éditions Michalon. París, 1996; Rene Gallissot y Jacques Kergoat (din), Mehdi Ben Barka. De l'indépendance marocaine a la Tricontinentale, Colloque international. París, 1995. Karthala-lnstitut Maghreb-Europe, París, y Eddif, Casablanca, 1997. 3 Franz Fanón (1925-1961). Psiquiatra, escritor y militante martiniqués, autor, entre otras obras, de Piel negra, máscaras blancas, Buenos Aires, Schapire editor, 1974, y Los condenados de la tierra, México, Fondo de Cultura Económica, 1963. 4 Fundador del Partido Africano para la Independencia de Guinea y Cabo Verde (PAIGC) y uno de los principales teóricos de la liberación en África, será asesinado en 1973. 5 Gilíes Perrault "Henri Curiel, citoyen du tiers-monde", te Monde díplomatíque, París, abril de 1998. Didar Fawzy, "Ben Barka, Curiel, la Tricontinentale et Solidante", Colloque Ben Barka, op. dt. . Mehdi Ben Barka, Option révolutionnaire au Maroc, Col. "Cahiers libres', Maspero, París, 1966. Reproducido en Mehdi Ben Barka, Ecrits politiques. 1957- 196S, Syllepse, París, 1999.Tomado de LE MONDE DIPLOMATIQUE, Setiembre/2005

HISTORIA DEL LIBRO Y LA BIBLIOTECA

HISTORIA DEL LIBRO Y LA BIBLIOTECA


Fue Eduardo D´Amicis quien escribió aquello de que “El destino de muchos hombres ha dependido de que en su casa paterna haya ó no haya habido una biblioteca “.

Realmente no hay nada más difícil y personal que una antología de libros. Y a mi me da la impresión de que alguien estuviera pidiendo a un médico , que no te conoce de nada , la lista de medicamentos que debes tomar .

Un libro hay que elegirlo como un amor , personalmente . Ir descubriendo , lentamente, qué autores le alimentan a uno . Con cúales se enriquece . Por ello , toda biblioteca auténtica tiene que ser como un autorretrato de su dueño .


Por eso un buen lector sabe que ha de irse quedando ,cada vez , con menos volúmenes , pero más suyos . Lo que hace falta es que sean libros muy leídos , porque el que no soporta dos lecturas es que no merece ninguna . Y lo mismo que un amigo solo llega a serlo después de muchos años de trato , igual un libro :lo es cuando nos ha ido acompañando desde la juventud hasta la madurez .

Una buena lectura es un placer , pero también un trabajo . Y si el lector al leerlo , no pone , al menos , la mitad del esfuerzo que invirtió su autor en escribirlo , lo más probable es que los dos queden infecundos .

Qué gusto , en cambio , cuando la biblioteca es tu reino y puedes decir como aquel personaje de Shakespeare que renunciaba a una posesión : “Mi biblioteca es un ducado suficientemente grande .” Qué hermoso cuando tu biblioteca es la despensa y el hospital de tu alma . Cuando en ella te llenas de vida y te curas de las heridas del tiempo . Cuando se descubre que lo único malo de las bibliotecas personales es que uno no puede llevarlas consigo a la eternidad . Esperemos que arriba no falten esos libros que a uno le hicieron lo que es .
Algeciras ,Noviembre de 2007
Patricio González